La luna afuera de mi cuarto.

Canela me perfuma con la duda de vagar
por la cocina y afuera donde suena ciudad
y la montaña espera junto al cañón
y caen cuerpos en picada por las fosas manantial

Fresco nuevo renovado
porque me siento ligero después de tanto asco

Pienso sueño oigo me levanto
con una sola pierna
manchada la otra en quebranto

Tomo froto escupo me limpio cambio
de lugar la mente regresando
por donde luna es precipicio y las rejas unas venas
los vicios el quicio y el fonema pena

Me disfrazo de noche como luz que truena
en las aceras de mi coche

Fresco pienso tieso hambro
porque disfruto encierro tortugas y pájaros
porque ya no amanece con las flamas en lo alto
porque parece que perece el día con casco blanco
en un principio de los templos

Crezco me regreso tiempo caigo
en el habla deliciosa del que nada
o casi nada desparrama por membrana

Distorsión de primigenio
Resplandor a medianada
Repulsión de los encuentros
y memoria impregnada
de quizás de qué buenos de imaginas de ojalás

Fresco fresco fracaso
Suenan casi separados
los pasados y constantes desdobleces de mi campo

Hago del agua fuego
con burbuja y el olfato
cuando medio mundo duerme
y su mitad en vela contempla revolución
contra la fuerte.

Un cuaderno pisoteado
un lápiz sin punta
una pluma chorreada
y un dolor de cabeza
con disfraz de madrugada
naufragan por el alba

Fresco frasco fracaso
esperando qué me lleve
al lugar de donde vengo
sin andamios sin carteles
con las pieles de los altos
ancestros que duermen en paredes

Fresco lento oscuro blanco
callando así se va penumbra
así se van fracasos
así se pierde bruma
y no sé porqué si tanto
me estado equivocando.