Desdecero.

Uno de ellos, para ti, para nos, pa-ra va-ra-no o cocodrilo, para lágrima, sicario, quienseinterponga, intermediario; rock, hip-hop, salsa, vientos de cambio, vena cava, Sor Juana que no acaba y le desconozco -lo reconozco- pero después le reconozco, se fue; se fue un amigo -a con otro- se fue el vago, se fue el Blondy (†), se fue el reggae de alfa, también, lejos de Nueva York, en París, el de parir, de empezar, del “comienzo nuevo andar” por allá, por epopeya y la querella de Popeye que la quiere a ella y ella a él, y ya!... y Jah... y Él; ello y el término del Rafael del Miguel ...ángel; ángeles y arcángeles con su cola, digo, con sus alas, o con eso que les sobra -que es el Él- ...el, el, el, Él: desfragmento de sonora distorsión deliciosa como esa alucinación cuando las hojas del maizal a la orilla del camino al viento se mecen, se mueven y se reinterpreta el ballet de la cámara lenta que multiplica, que es fractal, que es fórmula divina, na, na, na'... más.
Corte, de la misión, del James Bond.
Confieso que me dio coraje, tanto, tanto, que no sabía por qué; pero tu (P)padre me dio un consejo para salvar el pellejo, hizo eso y ¡que se me arrima la rima!, justo en el momento en que quiero... pero no busco... no busco terminar igual -o sí?- no sé, no sé, no sé, -yo que sé! estoy el en tango, me rasco al piano, me sorbo el moco del silencio antes del dulzor-. Vino el (S)señor, detrás de ti o arriba a pegar duro. El vino se fue, para mí, casi todo, excepto el mejor. -Vino tu (P)padre! te lo estoy diciendo!-, vino con el coraje del pez, entre la ola y la cola y las rayas... y las rayas y él también, cambió... él también cambió.
Y yo con el coraje arrepentido disfruto la cabalgata  del caballito de mar. -¡Da igual, qué más da!-. Me arremango. Me rasco. Casi arranco la tecla. Ya no hay té de canela. Astor tampoco está, ni Pimpinela, ni el huracán... Por si el último huracán... ¡porque estoy en él!
Se me ve la carcajada. Quiero un gato. Algo entre nube se va, con el tacto, en el acto, en la palmada, dejando rastro de abandonado, un mapa de movilidad; es eso, si, -¡qué más da, que se largue!-, -si!-, -¡ábrete carnal!-, -me das asco, gato raro, tan morado, amoratado-.
Él no se va, éste se queda, quien se dispara es otro, hacia el borde gordo de una espinilla de ciudad, rupestre, desierta, de solos, sin olas, con ollas de oro sin decoro. El coro está allá, estalla, estalló.
Yo fui quien cantó para ti -podría decir-, -podría gritar que me dejes tenerte un instante, o mejor detenerte, de la caída, ¡pero no!, quien soy yo!... ¿quién soy yo? -¿otro antiprecognitor? nah!, nel! no!, nelson!, soy yo, despierta! ven acá! y vamos a bailar... de Edith Piaf o de jazz ¡pero ya!, por favor, que me quedo... que me quiebro, me acelero, me deshebro, me azebro con todo y número de serie, en serio, tengo miedo y no veo el final... feliz... estoy, y el pecho me llora con el piano, es Chopin, sin champagne, es difícil, por eso, la ebriedad.

-Te quiero y te tengo-: Araña y mosca, verso y universo. Humanidad. Nuevo... de nuevo.

Comentarios

Jesse Leyva ha dicho que…
Rafaél...señor, que te quedo apasionado el texto...¿o soy yo? ¿o es que estoy leyendote y escuchando tango? ¿o es el café? jajajajaajaja...saludos hombre!! dejame seguirte leyendo.....´

El espiritu éste...que conté creo que ..si es alto....ya veremos como nos vá...y si realmente lo encuentro...

saludos ....

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