Por si el último huracán.
Bien, ¿Qué quieres hacer?
Estás parado frente a una
tormenta y el frío es nada para tus piernas que buscan cabalgar.
Un ejército acompaña tu
mirada.
La pantalla es firme y la
tierra bronceada desaparece en el espacio.
Cortina de humo o vapor
que derrama frenética intuición en ti.
¿Qué más puedes pedir?
Si un hondo respiro te
nada la entraña y la vena y lo acabas y viaja hacia la persona por quien tú
llorabas y que ahora piensa en ti como el otro-bala y el último-salva.
Hoy los pensamientos se
hunden igual que diminutas perlas en Pacífico central constelando alrededor
arrecifes que trazan un mapa de igualdad.
Estás entrando a la
séptima de las flores que eclosionan gestos de simetría amarilla anaranjada
roja blanca rosa morada y a veces azul como el despojo de tus días que están
por convencerse al fundirse con el punto drástico del doble piramidal que te
divide la casa.
¿Qué es lo que deseas
cuando tus párpados bajan al abismo de las rutas arqueadas del alba que suda y
que agranda los soles de un destino ya marcado en eones de partículas enormes
donde resucitan una y otra vez los fulgores cargados de llaves que decoran
perpetuidad densa y lechosa pero negra, negra como ésta humanidad nula que
apenas si empieza a despertar su colorida timidez que ha de convertirse en
gigante fresco de un Siqueiros o plasta de Van Gogh?
¿Qué?, ¡dímelo bien!
Mira tu aura y hazla
valer.
¿Qué?, ¡Cántalo alto!
Susurra despacio desde el
corazón-epitafio.
Entonces conclusiones
vienen en lomos de tortugas, aletas de delfines, caparazón de crustáceo y en
alas, garras, cascabeles y antenas.
El templo se define por sí
mismo en tu llanura que madruga con los frutos más vivos destacando en la
oscuridad que ya no expresa penumbra, ni miedo ni penar.
Millones de gargantas de
sapos de esqueleto dorado te velan los sueños y vigilan tu playa.
Una muralla de poder está
contigo creciendo desde el cúmulo perfecto done brota tu vibrar.
Estás en calma, estás en
cama, en casa, en batalla, movimiento y libertad de ofrecer o fenecer; en Tulum
o con Balam, desde Xaman-Ha dando una tregua mental a la deidad que desborda
los tributos que te rondan; en Cozumel con Ixchel que te nutre resguardada por
el agua natural igual que madre y que diosa.
¿Estás o no estás?
Es normal el preguntar
cuando la realidad acecha con su instinto de animal queriendo jugar contigo por
la selva de Siaan-Kan a fundirse con la ceiba que reboza de pezones que
suplican un mamar.
El aullido del caracol te
penetra la oquedad.
No ha parado de llover
acá.
Y no parará… el paraíso
caribeño y descarado hermanado con ciudad universal.
¿Qué tanto puedes dar?
¿Qué canto has de elevar?
!Qué camino, qué dicha,
qué orden… y qué!
Sal y vuelve a dormitar
hasta que nazcas plenamente en vivo despertar a todo color.
La tormenta ha de pasar.
Entre aves luz y mente
han de trabajar otra jornada primaveral.
___// רפאל Nieto. 2010. Playa “del Karma”, Q. Roo, Mex.
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